Hola! Soy Jor, si nos seguís en redes sociales, soy la que siempre aparece en stories mostrando productos o contando alguna novedad.
Soy mamá de 2, docente y psicóloga social.
Comencé este sueño a mediados del 2016, cuando por problemas de salud relacionados a mi fertilidad tuve que tomarme un tiempo alejada de las aulas de la escuela para bajar la aceleración que me caracteriza, ver qué estaba pasando con mi cuerpo y dedicarme a recorrer consultorios médicos y laboratorios.
Poner freno de mano me costó muchísimo... entré en una crisis interna, entre las pérdidas de mis bebés y mi decisión de dejar la escuela por tanto tiempo, era demasiado para mí.
Pero siempre que algo me sucede pienso "qué es lo que tengo que aprender de esto"? Siempre ese fue y es aun mi primer pensamiento cuando algo que me deja atada de pies y manos me sucede, algo que yo no puedo controlar...
Emmedio de ese impasse, de esa isla de tiempo, empecé a imaginar, crear, idear, soñar y así nació Leroy.
Arranqué por el Qué...Qué quería hacer, luego por el Cómo y nunca estuve apurada con el Cuándo, porque justamente lo que estaba atravesando me iba enseñando a esperar, a tener una paciencia inimaginable...
Crecí mucho en ese tiempo y lo recuerdo como una hermosa etapa de aprendizaje dentro del dolor. Tenía una paz que sobrepasaba todo entendimiento, una paz que nunca más volví a tener...
Cuando por fin tuve logo, manual de marca y los primeros bosquejos de los primeros diseños de la mano de Tony Sierra, puse manos a la obra y comencé a buscar profesionales idóneos que me acompañen en el proceso.
Después de mucho recorrido y de varios intentos fallidos, ya que este rubro no es sencillo, llegó mi primera producción, 600 conjuntos de diseño exclusivo. Y casi al mismo tiempo, con esa primera producción en mano, como cosa del destino, recibo mi tan ansiado POSITIVO... estaba embarazada, era mi quinto embarazo y me tocaba cursarlo con un tratamiento para la trombofilia que consistía en darme 2 inyecciones diarias en la panza.
Pasaron los meses y yo sola contestaba redes, armaba pedidos, despachaba al correo, sacaba fotos, iba a los talleres, y mil etceteras más...
Oski, mi esposo, siempre se encargó de la parte comercial, de los números, esa parte que tanto me cuesta ( y que detesto hacer)
Dicen que si querés llegar rápido podes andar sola, pero si queres llegar lejos, necesitas un equipo, es por eso que fuimos incorporando manos y corazones a la familia de Leroy y eso somos hoy en día. Un grupo humano hermosso, que le pone mucho corazón a lo que hace.